Escapadas originales con niños
Viena, Dinamarca, Andorra o Cantabria, además de ser lugares perfectos para las escapadas de fin de semana, pueden convertirse en destinos muy atractivos para los más pequeños.
Imagen de portada: Reza Sarkari
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1 Componer para la Filarmónica de Viena
Famosa por su Ópera, Viena es también un lugar idóneo para los jóvenes. En el Museo de los Niños Shcloss Schönbrunn se visten de emperadores del siglo XVIII e imitan a la familia imperial para conocer de cerca sus costumbres y obligaciones, el lenguaje de la corte e, incluso, cómo se maquillaban. Después, pueden perderse en los laberintos del palacio y visitar el pequeño zoológico de sus jardines, o convertirse en compositores en el Haus der Musik, donde pueden dirigir virtualmente la Filarmónica o descubrir lo que oye un bebé en el vientre materno.
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2 Escribir cuentos en Dinamarca
Odense es la capital de Fionia, una pequeña isla a unos kilómetros de Copenhague. Es la localidad natal de Hans Christian Andersen y un destino que todo niño debería conocer, por ser el origen de la magia de muchos de los cuentos que han escuchado. Siguiendo los pasos del escritor más venerado por los niños daneses, se puede descubrir una ciudad que parece estar exclusivamente dedicada a este ilustre personaje. Museos, espectáculos, teatros al aire libre, la que fue su casa y talleres de juegos convierten a Odense en un destino ideal para viajar en familia.
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3 Relajarse en un spa de Andorra
Un fin de semana de esquí en familia puede ser uno de los planes más divertidos para desafiar el frío. Nada mejor que disfrutar de un relajante baño en las aguas termales de Caldea para terminar la jornada. Aquí, 300 m2 de diversión y relajación esperan a los pequeños de la casa: Likids. Los niños y niñas de entre tres y ocho años se inician en el mundo del bienestar mientras los padres disfrutan del centro. El spa infantil cuenta con un sinfín de actividades adaptadas a sus edades para ofrecerles su primer contacto con las aguas termales.
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4 Cuidar de los animales en Cantabria
Con casi 1.000 animales de 140 especies en semilibertad a lo largo y ancho de más de 750 hectáreas a cielo abierto, el Parque de la Naturaleza de Cabárceno recuerda más a un safari que a un zoológico. Está a sólo 17 kilómetros de Santander y es uno de los atractivos más populares de la comunidad. La “visita salvaje” es uno de los recorridos más completos por el parque, donde los veterinarios y cuidadores explican toda la labor de conservación e investigación a los más pequeños y les acompañan a zonas a las que sólo el personal del parque tiene acceso.