¿Qué es Unfold?

Es una aplicación que te permite crear historias para Instagram, Snapchat o cualquier lugar donde el usuario las quiera compartir.

¿A qué le atribuyes el éxito tan rápido que ha tenido Unfold?

Ha sido necesidad de la gente de querer expresarse. Las historias han sido una nueva manera para compartir contenido. Aunque sea un contenido más efímero, los usuarios de las redes sociales quieren darle personalidad a sus historias y las plantillas permiten llamar la atención y contarlas de otra manera, llegando a la gente en formas que antes no eran posibles.

Y además te has convertido en uno de los emprendedores más influyentes del mundo, ¿hay algo de esto que te de miedo?

Miedo no, simplemente creo que me da más responsabilidad porque al tener ya una plataforma con más de 25 millones de usuarios te creas una serie de responsabilidades que antes no tenías. Por ejemplo, el tema de la privacidad o de guardar datos; incluso de escuchar al usuario para entender verdaderamente qué quiere. Tener una empresa con una marca es también bastante influyente y el tipo de empresas con las que colaboramos o las campañas que lanzamos pone un poco más de presión en lo que hacemos.

¿Para qué te gustaría utilizar esta influencia fuera del terreno empresarial?

Hemos visto, por ejemplo, a reporteros en Siria contando el conflicto a través de Unfold o a organizaciones lanzando campañas en defensa de los derechos humanos. Hubo también unos incendios muy fuertes en California y la gente mandaba mensajes de ayuda a través de la app. Ver este tipo de historias y cómo la gente conecta en temas muy humanos nos motiva mucho.

De todos los usuarios que se han sumado al uso de estas plantillas, ¿quién te ha sorprendido más?

Hemos visto gente de todo tipo. Desde famosos hasta la Casa Blanca lanzando sus mensajes a través de Unfold. Cada día algún usuario de Instagram me manda las historias de alguien creadas con la aplicación y siempre me sorprende y me alegra ver el distinto uso que hace la gente.

¿Dónde pondrías tú el límite entre la realidad y las historias que se cuentan en las redes sociales?

Hay que tener cuidado porque es un filtro de una realidad. Por ejemplo, mis seguidores ven mi vida en redes sociales y superficialmente se ve cómo es todo muy positivo y no ven mi trabajo duro, ni los días que estoy de bajón o todo lo malo que hay detrás de la cámara. Nunca pongo nada online mientras estoy viajando porque quiero vivir el momento, no quiero preocuparme porque mis seguidores lo vean en tiempo real. Cuando vuelvo creo la historia y luego la subo. Eso me ayuda mucho a sintetizar y analizar lo que pienso y mis emociones y a la vez vivir el momento.

¿Las redes sociales han cambiado la manera de experimentar los destinos?

Sí. Creo que primero, en temas de influencia, vemos a la gente viajando a sitios específicos y luego esos sitios se ponen de moda. Un ejemplo de ello es Tulum, en México. Eso hace cinco años no lo conocía nadie y ahora todo el mundo quiere ir. Esto ha sido gracias a los influencers, las redes sociales y las historias. Es curioso cómo las redes sociales pueden influenciar un sitio u otro, pero también es algo positivo porque descubres sitios que antes no sabrías que existían y puedes también conectar con gente que es muy parecida a ti.

¿Crees entonces que hay ciudades más “instagrameables” que otras?

Sí, sí. Acabo de volver de Islandia y las fotos que he subido las he visto yo ya muchas veces. Eso es lo que me ha inspirado a ir a ese sitio y sacar esa foto.

¿Hacia dónde crees que se dirige el mundo digital y de las redes sociales con los cambios tan rápidos que se generan?

Sinceramente creo que dentro de poco va a haber un movimiento de querer desconectar un poco y querer no estar tan conectado a las redes. Estamos viendo cómo las redes sociales pueden afectar mucho en temas de salud mental. Las empresas tienen que darse cuenta también de esto y tener la responsabilidad de poner límites. Yo creo que va a haber un movimiento de concienciación de salud mental alrededor de las redes sociales y de alternativas a la desconexión.

¿Por qué Nueva York?

Soy uno de esos jóvenes que se tuvo que ir a buscar oportunidades y al final he encontrado lo que muchos dicen “el sueño americano” y estoy intentando aprovecharlo y volver algún día, espero.

¿Qué piensas que podría hacer España para ayudar a que los jóvenes talentos se queden?

Se debería de verdad apostar mucho más por la gente joven y las ideas súper creativas que tienen los españoles. Creo que no apuestan demasiado por el tema cultural tampoco, cuando es un tema que está muy ligado a la innovación y a apostar por la diversidad. Si se quedan en “lo de toda la vida” y no se abren a ideas nuevas nunca van a innovar. España, sobre todo en temas de educación, se tiene que abrir un poco a ideas nuevas y entender las cosas de manera distinta.

¿Crees que el hecho de que el mundo digital esté ganando terreno al físico, facilita entonces que el talento local pueda expandirse por el mundo?

Sí. Cada vez habrá más gente que trabaje desde casa o desde cualquier parte del mundo. Eso hará también que haya talento alrededor del mundo, no sólo local. Cuando se puede contratar a gente de todo el mundo la competitividad es mayor, pero también hay más oportunidades, nuevos tipos de trabajo y más flexibilidad. Creo que es también una buena oportunidad para los jóvenes españoles de abrirse a terrenos nuevos y entender que España es un lugar genial para emprender un proyecto.

¿Con qué viaje visto en una historia te quedas?

Hubo una asociación aquí en Nueva York que luchaba por los derechos humanos e intentaba captar la atención de sus usuarios para reunirlos y hacer una manifestación en la calle para luchar por ellos. Me pareció muy especial porque crea movimiento social a través de las redes.

¿Qué lleva siempre uno de los emprendedores más influyentes del mundo (aquí poner Forbes) cuando viaja?

Un cuaderno y un boli siempre viene bien para apuntar ideas porque nunca sabes dónde no vas a tener internet.

 

 

 

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