El llamado “camino de caballos” en catalán, en realidad un camino de muchos, se ha convertido en símbolo de la identidad de los menorquines –no en vano sigue la forma de la isla–.

Mapa creado por descobreixmenorca.com

La historia del Camí de Cavalls: del pirata Barbarroja a la reivindicación social

Se cree que nació en el siglo XIV para vigilar las costas, y por su trazado se han escrito leyendas vinculadas a personajes tan fascinantes como el pirata Barbarroja, quien habría amenazado Menorca en el siglo XVI. “Las Baleares son tierra de frontera entre el mundo cristiano y el musulmán, por lo que los ataques corsarios eran frecuentes y se necesitaba disponer de una red de atalayas costeras”, explica Miquel Àngel Casasnovas, Doctor en Historia por la Universitat de les Illes Balears.

Desde el siglo XVII, las fincas colindantes estaban obligadas a que el camino quedara señalado y permitiera acceso y paso. Pero en la década de 1960, cuando ya no tenía utilidad militar, se eximió a los propietarios de esta responsabilidad y la propiedad privada terminó por cortar el paso. Para recuperarlo, se formó en los 90 la plataforma ciudadana Coordinadora del Camí de Cavalls, una reivindicación social cuya labor reconoció en 2002 el Consell de Menorca impulsando una ley específica.

185 km que rodean la isla de Menorca

Hoy se pueden recorrer a pie, en bici o incluso a caballo los 185 km del trazado por playas, senderos y caminos hasta dar la vuelta a la isla. Se trata de una ruta senderista de Gran Recorrido (GR223), que puede disfrutarse en cualquier época del año, siendo el mejor momento fuera de la época estival. El Camí encaja  con la idea de una Menorca sostenible que es Reserva de la Biosfera y permite conocer muchos  sitios emblemáticos, algunos a los que solo se puede llegar por senderos. Sin embargo, el patrimonio natural no es el único en el trazado. “Pasa por monumentos históricos y etnológicos como ponts de bestiar (barracas para el ganado), aljibes, yacimientos romanos, cuevas, necrópolis como la de Cala Morell, la basílica paleo-cristiana de Fornells, monumentos más recientes como la torre de defensa de Sa Caleta (de época británica, a finales del siglo XVIII) y trincheras de la Guerra Civil”, explica Miquel Àngel.

La vuelta a Menorca como deporte

Joan Febrer es ciclista de montaña y fundó Camí de Cavalls 360º en 2012. Joan, que había circundado en bici islas como Lanzarote, Cerdeña e Islandia, creó esta compañía para dar servicio a quienes vienen a dar la vuelta a Menorca corriendo o en bici de montaña. La compañía gestiona los hoteles y el traslado del equipaje de uno a otro, y presta asistencia. Su libro de ruta se organiza en 20 etapas, que han completado aventureros españoles y de latitudes tan remotas como Rusia, Canadá o Nueva Zelanda. Algunos combinan la playa con un turismo más activo. Otros son deportistas. Para estos, Joan lanzó hace seis años la Epic 360º, una carrera por etapas a pie y BTT y en parejas. Todas estas actividades apoyan la conservación: parte del dinero que pagan los participantes va a parar a un proyecto de Camí de Cavalls 360º. “Aunque pensamos que el factor principal de que se erosione o pierda un camino es que no se use, queremos que nuestra actividad no solo sea sostenible, sino que suponga una mejora”, explica Joan.

Las carreras van siempre unidas a un estudio de impacto ambiental y el Consell destina parte del impuesto de turismo sostenible a la conservación del Camí. Entre los menorquines ya se empieza a hablar de recuperar otras vías históricas. Su desarrollo ayudaría a evitar la erosión del de Cavalls y conectaría yacimientos de la cultura talayótica, que pobló la isla en la Edad del Hierro. Con trazar este itinerario por el patrimonio prehistórico lleva tiempo soñando Joan. Al ciclista, que en tres ocasiones ha dado la vuelta a la isla en un solo día, le gustan los retos. Y puede que haya encontrado el próximo en un nuevo clamor popular.

 

 

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