Compras David López
Por:

La Habana sin ron ni Che

Una nueva generación de diseñadores y creadores han abierto sus tiendas y talleres en La Habana Vieja (accesible desde 21.250 Avios por trayecto). Ropa, complementos y arte modernos y sostenibles nacidos desde la tradición, pero con la ambición de dar una nueva identidad a la ciudad y al país.

 

A Cuba uno podía ir por muchos motivos, pero había uno que no se aplicaba nunca: para ir de tiendas. En La Habana no había apenas escaparates ni productos, más allá de aquellos que han dado forma a la esencia de la isla y que fueron durante décadas los únicos regalos y recuerdos, y no son pocos, que uno podía llevarse de la isla: artesanía, ron y puros. Y, por supuesto, cualquier producto de merchandising del Che Guevara, convertido, paradoja e ironía de la Historia, en souvenir estrella.

 

Recorrer La Habana Vieja, patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es hacerlo por esa parte de la ciudad a la que se acude en su busca. A los Almacenes San José, donde parece meterse el mar dentro, repleto de artesanía local, pinturas y tallas de madera; a la calle Mercaderes, entre el pasado y el futuro, mezcla de los olores de su floristería y sus tiendas de perfume y de chocolate; o al Mercado del Libro, en la plaza de Armas, biblioteca viva de ejemplares nuevos, viejos y raros.

 

Pero frente a esa ciudad de sabor más añejo, congelada crónicamente en los años cincuenta de su pasado y sus vehículos todavía en funcionamiento, brota hoy una diferente. La que ha propiciado la apertura de la isla de los últimos años y, sobre todo, que impulsa una nueva generación de diseñadores y creadores cubanos empeñados en hacer avanzar el reloj hacia el futuro pero sin perder de vista el pasado. Artistas, diseñadores de moda y artesanos que se inspiran en esa tradición y esencia más puras de Cuba, desde sus colores y materiales hasta su ritmo de vida de isla, para hacer sus diseños modernos, renovados y, la mayoría de ellos, también sostenibles.

 

“Actually, I’m in Havana” (en castellano: “De hecho, estoy en La Habana”), dice uno de los lemas de la tienda Clandestina. Y podría ser el de toda esta nueva generación de diseñadores y locales que han proliferado durante los últimos años. Estar, como dicen sus creadores, no como estado físico, sino mental. De estar y pensar en La Habana y en ningún otro lugar. Porque aquí, eso sí, aunque ahora se pueda, uno no viene a ir de tiendas. O ir de tiendas, al menos, tiene mucho más significado.

  1. 1 CLANDESTINA

    Abierta en 2015, Clandestina, la tienda de la diseñadora Idania del Río, es una referencia ya en La Habana. Fue uno de los primeros locales que abrió con el cambio de la ciudad y toda una declaración de intenciones de la ambición y aspiración de las nuevas generaciones. Como lo define Del Río, quieren hacer “un producto que defina la cuba moderna”. En su caso, colecciones de ropa joven, colorida, impactante y también desafiante, empezando por el nombre, para crear una nueva imagen del país y de los cubanos.

    Clandestina fue uno de los primeros locales en instalarse en La Habana Vieja, que se ha convertido en punto de encuentro de nuevas generaciones de diseñadores y creadores.
    Clandestina, ejemplo revelador de su éxito e impacto, vende también online, ha abierto tiendas temporales en Estados Unidos e incluso llegó a acusar al gigante Zara de copiar los lemas de sus diseños.
  2. 2 Color Café Habana

    El taller y tienda de Lloypa Izaguirre reúne en un mismo espacio sus creaciones, entre la tradición más clásica cubana y la modernidad, y los accesorios y complementos de otros artesanos y diseñadores de la ciudad. Además, el espacio es bar de cócteles, tapas y ofrece música en vivo.

    El taller y tienda Color Café forma parte del nuevo circuito de diseñadores emergentes de La Habana Vieja.
    Las colecciones de Color Café, totalmente exclusivas, combinan la tradición cubana con diseños modernos
  3. 3 Dador

    La unidad no solo hace la fuerza, también el futuro. En Dador, la de tres diseñadores cubanos: Lauren Fajardo, Ilse Antón y Raquel Janero y un proyecto común: su tienda y estudio, en el corazón de La Habana Vieja, donde ofrecen sus colecciones de ediciones muy limitadas, sobre todo de ropa, sofisticadas, sencillas, llenas de colores y del aire relajado de la isla. Todas, su misión, sostenibles y realizadas con fibras naturales.

    Dador es la tienda-estudio de tres diseñadores cubanos que ofrecen colecciones de ediciones muy limitadas en el corazón de La Habana Vieja.
    Dador forma parte del nuevo circuito de diseñadores y creadores emergentes que se está instalando en La Habana Vieja
  4. 4 Piscolabis

    Piscolabis es ese lugar al que ir a encontrar cuando uno no sabe qué busca. Un bazar bohemio con piezas de decoración, diseño, prendas de vestir, complementos, artesanía y numerosas propuestas para regresar de Cuba con un recuerdo o un regalo más allá de lo tópico. Todo, realizado por artesanos y creadores locales.

    La Habana Vieja se está convirtiendo en punto de encuentro de diseñadores, concept stores y talleres. No te pierdas Piscolabis, un bazar con aires bohemios, si no sabes qué comprar en tu visita a Cuba.
    Piscolabis dispone, además, de un pequeño café en el que contemplar lo comprado o donde terminar de decidirse qué se va a comprar.
  5. 5 Malecón 663

    Es hotel pero no lo es y tienda pero tampoco. Todo y nada. Frente al conocido como Malecón Tradicional de La Habana, abrió sus puertas tras ser restaurado hace cuatro años. Todo lo que se usa y ve en Malecón 663 durante la estancia en una de sus habitaciones, puede ser comprado. Además, en su concept store ofrece accesorios de moda y de decoración añadidos. Muchas de ellas, piezas antiguas revisadas y rediseñadas por una nueva generación de jóvenes creadores.

    Malecón 663 forma parte de la concentración de creadores y diseñadores emergentes que está llegando a La Habana Vieja.
    Malecón 663, el hotel donde todo lo que ves lo puedes comprar
  6. 6 La Marca

    Oficialmente es el primer estudio profesional de tatuaje de Cuba. Lo abrió el artista Leo Canosa en 2015 para dotar de legalidad y formalidad este arte en la isla. En La Marca, Canosa dirige un equipo de tatuadores locales al que se suma de tanto en cuanto alguno extranjero invitado. Pero desde su apertura se ha convertido, además, en un centro cultural alternativo, punto de encuentro para artistas multidisciplinares y pequeña galería de arte donde se exhiben y venden algunos de sus trabajos.

     

    Si haces una parada corta en La Habana, no te pierdas esta ruta por la ciudad en un solo día.

    Leo Canosa abrió en 2015 el primer estudio profesional de tatuaje de Cuba: Malecón 663.
    Leo Canosa abrió en 2015 el primer estudio profesional de tatuaje de Cuba