Arte y cultura Nina  May
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Línea de belleza

En las estaciones de la línea Wehrhahn del Metro de Düsseldorf, ciudad a la que puedes volar desde 7.500 Avios por trayecto, se ha prohibido la publicidad para dejar paso al arte conteptual. Su alcance ha llegado incluso al espacio exterior.

Imágenes de Jörg Hempel, Aachen

Cada una de las seis estaciones de la línea Wehrhahn de Düsseldorf constituye toda una experiencia artística. En ellas se puede leer un poema, contemplar el Amazonas desde arriba, observar el universo, escuchar sonidos extraños o trasladarse digitalmente a una instalación interactiva. Esta línea, que recorre 3,4 km atravesando la ciudad de este a oeste, se inauguró en febrero de 2016 tras nueve años y 844 millones de euros dedicados a su construcción. No se trata del mayor proyecto de transporte público del mundo, ya que puede recorrerse completa en 10 minutos, pero nunca fue una cuestión de tamaño. Esta línea conjuga a la perfección la arquitectura y el arte porque, desde el primer boceto, hubo un artista involucrado en la planificación de cada estación.

La empresa Netzwerkarchitekten de Darmstadt ganó la licitación pública para desarrollar los espacios y su codirector, Markus Schwieger, se refiere a este trabajo como su “proyecto soñado”. “Éramos una oficina joven y participamos en el concurso en 2001 frente a empresas mucho más grandes”, dice. “La condición era que tendríamos que trabajar en colaboración con un artista. En primer lugar, lo hicimos con Heike Klussmann y, más tarde, el ayuntamiento de la ciudad publicó otro concurso para encontrar a los cinco creadores restantes, uno para cada estación”.

La obra de arte Surround, de Heike Klussmann en la estación Pempelforter Straße del metro de Düsseldorf.

El artista que estuvo más tiempo involucrado en esta extraordinaria iniciativa fue el que desarrolló el gran final (o el punto de partida, dependiendo del sentido del viaje): la obra Surround de Heike Klussmann, en Pempelforter Straße, presenta franjas y figuras geométricas en las distintas superficies. Es un juego de líneas que se extienden desde las cuatro entradas por toda la estación.

La obra de arte Turnstile, de Ursula Damm, en la estación de Schadowstraße del metro de Düsseldorf.

En Schadowstraße, Ursula Damm utilizó una serie de elementos visuales para su obra Turnstile, incluidas cámaras que trasladan a los transeúntes a la plataforma como personajes de realidad virtual mezclados con vistas aéreas de Düsseldorf.

La instalación sonora de Ralf Brög en Heinrich-Heine-Allee en el metro de Düsseldorf.

Para dar un descanso a los ojos, la instalación sonora de Ralf Brög en Heinrich-Heine-Allee se desarrolló junto con un amplio equipo de ingenieros de sonido experimentales.

La obra de arte Achat, de Manuel Franke, en la estación de Graf-Adolf-Platz del metro de Düsseldorf.

En la Graf-Adolf-Platz, la obra Achat, de Manuel Franke, utiliza paneles de vidrio verdes para cubrir la estación por completo. A través de estos, los visitantes pueden vislumbrar una segunda capa de color morado oscuro que recuerda a una vista de pájaro del Amazonas con sus ríos fluyendo por la jungla.

La poesía de Enne Haehnle en la estación de Kirchplatz del metro de Düsseldorf a través bajo el título de Spur X.

De vuelta en el otro extremo de la línea, en Kirchplatz, Enne Haehnle ha escrito poesía en 3D desde las entradas hasta los andenes, en la obra Spur X.

Heaven Above, Heaven Below de Thomas Stricker en la estación Benrather Straße del metro de Düsseldorf.

Justo antes, la penúltima estación se aleja de la Tierra. La nave espacial conceptual de Thomas Stricker en Benrather Straße (llamada Heaven Above, Heaven Below) aporta un alcance intergaláctico a la humilde estación, convirtiéndola en una de las más populares del proyecto. “No quería construir una cueva”, dice. “Quería revertir el poder de la imaginación: a pesar de ir bajo tierra, buscaba llevar la expansión del espacio hasta allí. Conozco la claustrofobia y pretendía contrarrestar ese miedo”. El equipo de Netzwerkarchitekten decidió hacer coincidir cada estación con el concepto artístico y, según Thomas, la profundidad de la estación de Benrather Straße la hizo perfecta para su carácter extraterrestre, dándole la oportunidad de distraer a su audiencia: “Hay una pared oblicua y gran parte del arte se encuentra en ella, cosa que nadie se espera”.

La estación siempre verde de Manuel Franke en la línea Wehrhahn del Metro de Düsseldorf.

La estación siempre verde de Manuel Franke también invita a los viajeros a detenerse y maravillarse con las paredes. “La pintura verde en los paneles de vidrio se distribuye de manera que muestra lo que hay debajo y, al igual que ocurre con los ríos, las zonas más interesantes son las orillas. El verde se vuelve más delicado y adquiere las características de la piedra natural”. Para Manuel, quien vive y trabaja en Düsseldorf, la estación continúa siendo su mayor orgullo. “Existe un cierto desconcierto por el hecho de que el transporte público adquiera un papel tan importante. Aquí nos tienen muy mimados con el arte: la Kunstakademie (la Academia de Bellas Artes) arroja constantemente nuevos talentos”. Incluso su hija está emocionada: “Ella toma la línea Wehrhahn hasta el colegio y algunas veces se hace selfies con sus amigos en la estación de papá”.

Düsseldorf siempre se ha caracterizado por ser una ciudad pequeña pero creativa. La moda y la publicidad desempeñan un papel fundamental y el mundo del arte ha florecido, en particular, porque su ciudad rival, Colonia, le pisa los talones como la potencia artística de la región. Sin embargo, la línea Wehrhahn ha puesto las calles de Düsseldorf por delante. “Valió la pena, la gente se identifica con ella”, dice Markus Schwieger. “A veces organizamos visitas para turistas de otros lugares, que lo ven como un ejemplo de buenas prácticas”. El equipo de arte contemporáneo Kunsthalle de Düsseldorf los recibe con orgullo: “La calidad de este proyecto es algo que solo hemos visto en las estaciones de Moscú, construidas durante los años veinte. La belleza de estos edificios es fantástica. La estación diseñada por Heike Klussmann tiene una dinámica que se siente cada día, y el turista no puede evitar percibirlo también”.