Un recorrido por la Cantabria rural
Visitamos los seis pueblos cántabros que forman parte de la lista de los Pueblos más Bonitos de España: Santillana del Mar, Liérganes, Bárcena Mayor, Carmona, Mogrovejo y Potes. Destinos únicos para el turismo rural, permiten descubrir lo más tradicional de Cantabria, desde su gastronomía típica a la arquitectura montañesa. Y a partir de solo 4.500 Avios por trayecto.
Imágenes de Ben Roberts
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1 Potes
Conocida como la villa de los puentes y las torres es la capital de la comarca de Liébana. Fue declarado Patrimonio histórico de España en 1983. Su edificio más emblemático es la Torre del Infantado (antigua casa del Casa del Marqués de Santillana, del siglo XV). En Potes te puedes perder por las callejuelas medievales del barrio de la Solana, atravesar los puentes históricos de San Cayetano y de la Cárcel, sobre el río Quiviesa, o detenerte un rato en la plaza del Capitán Palacios a contemplar el flujo de la vida local. Si te animas, también puedes visitar el tradicional mercado que tiene lugar todos los lunes en la plaza de Potes. O realizar una de las numerosas rutas o excursiones que parten desde esta localidad.
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Aquí encontrarás numerosos restaurantes donde probar el cocido lebaniego en compañía de uno de sus famosos licores artesanales. -
2 Santillana del Mar
Villa medieval de calles adoquinadas a 30 kilómetros de Santander, esta preciosa localidad disfruta de un conjunto histórico-artístico de los más hermosos de España. En el centro de todo, su Colegiata de Santa Juliana se asoma desde el pasado (data del siglo XII) para mostrar al visitante por qué es la construcción más importante del románico en Cantabria. Otros edificios que no te puedes perder son las torres de Don Borja (del siglo XV) y del Merino (del siglo XIV), o el renacentista Palacio de Valverde (XV), ubicado en la plaza de las Arenas. Sus rincones te transportarán a otra época. A tan solo dos kilómetros del centro urbano se encuentra la cueva de Altamira, uno de los grandes tesoros de arte rupestre del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Su acceso está restringido, pero a pocos metros de allí se puede visitar el Museo de Altamira y la Neocueva, una réplica fiel al yacimiento original.
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En Santillana del Mar puedes encontrar en un solo lugar todos los platos típicos de las distintas gastronomías regionales de Cantabria: desde los sobaos o las quesadas de los Valles Pasiegos a las anchoas de Santoña, las corbatas de Unquera y el cocido tradicional, en todas su variedades. -
3 Liérganes
A los pies de los picos de Busampir, en el noreste de Cantabria, se encuentra Liérganes, una pequeña y encantadora localidad de 2.400 habitantes. Tras acoger en el siglo XVII la primera Real Fábrica de Artillería conocida en España, este pueblo vivió una pujanza económica que permitió la construcción de numerosos edificios de arquitectura clasicista, algunos de los cuales perduran hasta nuestros días. También puedes acercarte al Puente Mayor (del siglo XVII) y conocer la estatua del Hombre Pez (una popular leyenda local sobre un hombre que desapareció en el río Miera y apareció vivo años después en la bahía de Cádiz). Otra parada obligatoria es el balneario de Liérganes, que se hizo famoso después de que el rey Alfonso XIII visitara el pueblo para darse allí, a principios del siglo XX, un chapuzón. O el palacio de Elsedo (XVIII), en la cercana Pámanes.
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No te olvides de probar sus reconocidas cervezas artesanales o sus dulces típicos (los sacristanes, por ejemplo, o las rocas del valle de Miera o las Tetas de Liérganes). -
4 Bárcena Mayor
Ubicado en una vega del río Argoza, entre bosques de robles y hayas, este es el único pueblo dentro de los límites del Parque Natural Saja-Besaya. Su núcleo urbano de callejuelas empedradas y casas y edificios de arquitectura montañesa fue declarado conjunto histórico-artístico en 1979. Uno de sus espacios más importantes es la iglesia Santa María, del siglo XVII. Desde un puente de piedra del siglo XVI que pasa por encima del río Argoza parten varias rutas de senderismo que te permitirán explorar la flora y fauna de la reserva Saja-Besaya (la más extensa de Cantabria).
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Te recomendamos probar antes de marcharte su tradicional cocido montañés. -
5 Carmona
Un lugar ideal para conocer el mundo rural de Cantabria. Sus casonas de arquitectura barroca-montañesa con balcones de madera y macetas llenas de flores le dan al pueblo un aire medieval, como si aquí el tiempo se hubiera detenido. Su edificio de mayor valor histórico es el palacio de los Díaz Cossío y Mier, que data del siglo XVIII. En la actualidad ha sido reconvertido en un parador turístico. Cuenta con una iglesia y una ermita construidas también en el siglo XVIII. El pueblo está atravesado por el río Nansa. Carmona es conocido, además, por la cría de una raza particular de ganado, la tudanca. En sus calles podremos ver a los artesanos que elaboran las típicas albarcas (un tipo de calzado) de la zona y desde sus miradores se puede contemplar el majestuoso manto verde del valle de Cabuérniga.
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Aquí también puedes degustar la cocina tradicional del entorno rural de Cantabria, especialmente el cocido montañés y la carne. -
6 Mogrovejo
Desde este pueblo de algo menos de 50 habitantes se ve el imponente macizo de Ándara (Picos de Europa). Está ubicado en el municipio de Camaleño, a 460 metros sobre el nivel del mar. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985 e incorporado el año pasado a la lista de Los Pueblos más bonitos de España. También fue nombrado Pueblo de Cantabria 2017. Mogrovejo es una joya en medio de un entorno natural idílico. Cuenta con una torre medieval del siglo XIII y un puñado de casas lebaniegas con balcones de forja de los siglos XVI-XVIII. Otros lugares que puedes visitar en su casco urbano son la Iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción (siglo XVII) y el Museo de la Escuela Rural de Mogrovejo, que muestra la importancia que tuvieron en el pasado las escuelas rurales de la comarca de Liébana.
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Hay pocos lugares donde comer en Mogroviejo, pero aquí puedes probar los quesucos de Liébana, uno de los productos gastronómicos tradicionales de la zona.