Inspiración Rafael de Rojas
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Los seis mundos naturales de Cantabria

El aire libre de Cantabria pertenece a las más de 20.000 aves migratorias que pescan en sus marismas y a las águilas y cormoranes que anidan en las alturas de sus montañas y acantilados. Por el aire vienen también los olores mezclados de los hayedos, los encinares y los robledales con el toque de yodo del Mar Cantábrico. El esmeralda de los pastos, salpicado de vacas, bordea las casi infinitas tonalidades de verde de los seis parques, uno nacional y el resto naturales, que en la región alternan montañas y humedales, dunas y riberas, cuevas y picos. Un destino capital de la España verde en el que el turismo sostenible es lo más natural, al que puedes llegar desde 4.500 Avios por trayecto.

  1. 1 Parque Nacional de los Picos de Europa

    En los 647 kilómetros de este parque de desfiladeros sinuosos y valles perpetuamente verdes, a tan solo 15 kilómetros del océano, viven cabras, osos pardos, águilas, buitres o treparriscos entre muchos otros ejemplares de la fauna más característicamente hispana. El parque, que comparte extensas áreas de Cantabria, Asturias y Castilla y León, arranca en la población cántabra de Fuente Dé, desde donde se toma un teleférico, conocido como El Cable, que se interna entre las nubes, salva 750 metros de altura (unos 250 pisos), discurre sobre el vacío y deposita al visitante en cuestión de minutos en un entorno natural absolutamente salvaje.

    Picos de Europa en Cantabria
    El Parque Nacional Picos de Europa en su vertiente cántabra
  2. 2 Parque Natural de Oyambre

    Los Picos de Europa asoman como dramático fondo de un parque de 5.758 hectáreas en el que se suceden las playas, las rías, las marismas, las dunas, los afilados acantilados sobre el Cantábrico y muchos kilómetros de espeso bosque. Parada y refugio de aves migratorias, que se sienten a salvo en sus marismas, no es raro verse sobrevolados por garzas y zarapitos en la ría de San Vicente, mientras que las ventosas playas de Oyambre y Merón son las preferidas por los surfistas por su aire salvaje y sus olas rebeldes. Los acantilados son también territorio de pájaros y aficionados a los panoramas de vértigo: alcanzan los 50 metros de altura, lo que les convierte en un hábitat ideal para gaviotas, halcones peregrinos y cormoranes moñudos, entre muchas otras aves.

    Parque natural de oyambre
    San Vicente de la Barquera con Picos de Europa al fondo
  3. 3 Parque Natural Collados del Asón

    De la máxima altura de 1.581 metros en el macizo montañoso calizo del Alto Asón, con el mirador de Soba sobre la cascada y el cauce del río Gándara, a las profundidades de sus 173 kilómetros de cavidades conectadas, la tercera red más importante de Europa y el paraíso español de los espeleólogos. En un mismo día, se puede escalar por las muchas vías ferratas para luego descender hasta los 600 metros de profundidad. Una sierra de origen glaciar conformada por un macizo calizo con paisajes geológicos singulares en los que la diversidad es la norma: de lapiaces (surcos) a dolinas (depresiones), cuevas y simas, con hitos como el Circo Hondojón y el Alto del Tejuelo.

    parque natural collados de ason
    Ruta por el Parque Natural Collados de Asón
  4. 4 Parque Natural de las Dunas de Liencres y Costa Quebrada

    Una panorámica senda que discurre por el litoral, desde la Punta del Águila al oeste, en Miengo, hasta la Canal de Hoz al este, justo en los límites entre los municipios de Santa Cruz de Bezana y Santander, es también el prodigioso camino desde el que Cantabria cuenta la historia del planeta, con un recorrido a través de formaciones geológicas en las que se puede leer cómo se formó el continente. Quien lo transita va pasando por el estuario del río Pas, el pinar de las dunas de Liencres y diversos urros, los fotogénicos islotes de roca que emergen entre las olas. Unas olas siempre renovadas, que en las ventosas playas de Valdearenas y Canallave convocan a surfistas de todo el mundo. Al fondo, un paisaje de dunas móviles que a lo largo de los siglos han sido fijadas por pinares, juncos y cardos que confieren al entorno un aire de paisaje mediterráneo.

    urro del manzano en costa quebrada
    Urro del Manzano, en Costa Quebrada
  5. 5 Parque Natural de Saja-Besaya

    El parque más extenso de Cantabria recorre, en el interior de la comunidad autónoma, las cuencas de los ríos Besaya y Saja, que crean a su paso verdes y profundos valles escoltados de montañas bajas y con graves desniveles en los que han crecido brañas y bosques caducifolios. Los robledales, hayedos y masas de avellanos colorean la zona de una manera diferente en cada estación del año. Es el hogar que han elegido lobos, ciervos, corzos, osos pardos, jabalíes y nutrias, a menudo acompañados por águilas reales y urogallos. El resultado es un entorno de senderos verdes que favorecen los encuentros inolvidables en la naturaleza junto a pintorescas aldeas y caseríos donde detenerse a comer productos salidos de esos mismos bosques y ríos.

  6. 6 Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel

    Ánades, cercetas, águilas pescadoras, colimbos, cormoranes, gansos, charranes y muchas otras bandadas de aves migratorias procedentes del norte de Europa conviven en un paisaje de espartinas, juncos y cañaverales. Así de impresionantes son los cielos de esta zona de marismas situada en el estuario del río Asón, Reserva Nacional desde 1992 y Zona de Especial Protección para las Aves. Se han catalogado más de 20.000 pájaros de 130 especies diferentes en una zona costera que abarca las localidades de Santoña, Noja, Escalante, Limpias y Laredo. Todas ellas bien conocidas por los veraneantes en Cantabria, que buscan cada temporada sus playas de arena fina y las mesas en las que no suelen faltar las anchoas, los bocartes y la quesada.

    marismas de victoria y joyel
    Marismas de Victoria y Joyel