Las Villas de Madrid: un oasis de paz al pie de la capital
Muy cerca del bullicio de una de las principales urbes de Europa se abre un universo de calma, tiempo detenido e historia viva. Las Villas de Madrid permiten perderse en la naturaleza, explorar rincones llenos de encanto y viajar al pasado de la Comunidad de Madrid, mientras se disfruta de la rica gastronomía y el arte. Te mostramos las 11, para que las descubras en tu próxima visita a la capital.

A menos de una hora en coche del centro de Madrid, Manzanares el Real dibuja un paisaje de fantasía. Su castillo, el mejor conservado de toda la Comunidad, fue construido en el siglo XV y presenta una mezcla de estilos arquitectónicos que conectan la Baja Edad Media con el Renacimiento. En su entorno natural se encuentra La Pedriza, parte del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

En el Valle del Lozoya, junto a las cumbres y lagos de Peñalara, la belleza de Rascafría y sus parajes llevó a Enrique II a fundar allí en el siglo XIV el Monasterio de Santa María del Paular, una joya gótica que mantiene aún 52 de las 56 pinturas originales de Vicente Carducho. Los monjes benedictinos del Monasterio siguen produciendo (y vendiendo) productos artesanos como la miel o el licor, e incluso joyas.

Patones de Arriba es una recóndita villa que, según la leyenda, durante años pasó prácticamente inadvertida, desarrollando su vida casi al margen del resto del mundo. La arquitectura negra, de pizarra, hace de sus calles un museo al aire libre. Para disfrutar del paisaje no te puedes perder la senda ecológica de El Barranco que conecta Patones de Arriba con Patones de Abajo.

Localidad natal del Cardenal Cisneros y primer lugar de sepultura Santa María de la Cabeza, Torrelaguna es un enclave con mucha historia. La arquitectura gótica de la iglesia de Santa María Magdalena y el Hospital de la Santísima Trinidad, hoy Casa de la Cultura, que durante la Edad Media fue primero mezquita y después sinagoga, crearon el escenario perfecto para que Cary Grant y Sofia Loren vivieran su Orgullo y Pasión bajo la atenta mirada de Frank Sinatra.

A los pies del Puerto de Somosierra se encuentra Buitrago del Lozoya, una villa medieval que cuenta con un increíble casco histórico rodeado por 800 metros de muralla de origen musulmán. Prueba allí los chuletones y los judiones con morcilla, preparados a fuego lento, y visita el Museo Picasso-Colección Eugenio Arias, con más de 60 obras que el cubista legó a su peluquero / Foto: Hugo Fernández, Comunidad de Madrid.

En 1709 el político navarro Juan de Goyeneche y Gastón, en su intento por combatir la recesión demográfica y la desindustrialización de la España de la época, decidió crear una localidad específicamente dedicada a la artesanía, un pueblo de fábricas y talleres. Así nació Nuevo Baztán, un municipio levantado sobre los principios de la Ilustración y un pedacito de Navarra en la Comunidad de Madrid. Visita el palacio-iglesia de Benito Churriguera en el centro histórico y degusta los galardonados vinos de la localidad.

Orson Welles, Rita Hayworth, John Wayne o Cantinflas han rodado en Chinchón, una villa que casi parece ficción. Su Plaza Mayor, por ejemplo, es el mejor prototipo de arquitectura popular castellana, un verdadero viaje en el tiempo. Además, en sus restaurantes y hoteles se puede disfrutar de una amplia oferta gastronómica que incluye su famoso anís. Durante la Semana Santa, Chinchón se convierte en Jerusalén y la noche del Sábado Santo 200 vecinos recrean la Pasión de Cristo, evento que fue declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1980.

Un pequeño pueblo rico en arte, gastronomía y naturaleza, Colmenar de Oreja cuenta con el Museo de Ulpiano Checa, cuyas obran inspiraron los escenarios Ben-Hur y Quo Vadis? y especialidades gastronómicas como “las pozas”, un bocadillo de pan candeal en el que la miga es sustituida por un picadillo de cebolla, tomate y escabeche o con unas “patatas chulas”, confitadas en aceite de oliva y aliñadas con ajo, perejil y un poco de vinagre, a maridar con uno de sus vinos con D.O. Vinos de Madrid.

Al ver la impresionante figura de la Torre del Homenaje, uno imagina cuán grandioso debió de ser el castillo de Villarejo de Salvanés, que fue Cabeza de la Encomienda Mayor de Castilla. Desde lo alto de la Torre se divisa una de las estampas más bellas de la Alcarria Madrileña, un paisaje de olivos y encinares bañados por el Tajo y el Tajuña. En Villarejo, además, podrás visitar el Museo del Cine, con maquinaria y objetos relacionados con el séptimo arte, y divertirte en sus fiestas patronales, en octubre.

Navalcarnero se ubica en pleno corazón vinícola de Madrid, en un paisaje de lomas y cerros bañados por el Guadarrama y el Alberche. Saborea en su pintoresca Plaza de Segovia uno de sus vinos Denominación de Origen de Madrid en algunas de las festividades que el municipio organiza en torno a este producto, como la Fiesta de la Vendimia. Para conmemorar el matrimonio entre Felipe IV y Mariana de Austria, que tuvo lugar en Navalcarnero, todos los años se celebra el Real Mercado del Siglo de Oro, oportunidad inmejorable para degustar la “olla del segador”, variante del célebre cocido madrileño.

Los vinos de San Martín de Valdeiglesias tienen su propia subzona dentro de la D.O. Vinos de Madrid, por la gran calidad de sus cepas de uva garnacha (tinta) y albillo real (blanca). El patrimonio de San Martín, en la Sierra Oeste, incluye la Torre del Homenaje del Castillo de la Coracera, frente a los picos de la Sierra de Gredos, con los embalses de San Juan y de Picadas, donde practicar multitud de deportes náuticos y actividades en la naturaleza.
A menos de una hora en coche del centro de Madrid, Manzanares el Real dibuja un paisaje de fantasía. Su castillo, el mejor conservado de toda la Comunidad, fue construido en el siglo XV y presenta una mezcla de estilos arquitectónicos que conectan la Baja Edad Media con el Renacimiento. En su entorno natural se encuentra La Pedriza, parte del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.