Comunidad Iberia Plus Jesús Huarte
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Edu Soto, de estreno en cines

El catalán, uno de los actores más polifacéticos de España y parte de la laureada serie de Nacho, de Atresmedia, estrena En temporada baja el 14 de abril

Hace un par de semanas se ha estrenado en Atresplayer Premium "Nacho". ¿Quién es Tigerman, tu personaje?
Es un personaje muy interesante, un tipo que existió y cuya vida era un poco la de Dr. Jekill y Mr. Hyde. Durante el día era profesor de Física en la Universidad de Barcelona y por la noche se iba a la Sala Bagdag y hacía una performance que era levantar con el pene una bombona de butano. Se ve que era un tipo híper expresivo y muy provocador. Pero, según me contó el propio Nacho Vidal, en la otra vida era muy serio y tranquilo. Tenía una doble personalidad muy marcada y una vida muy atractiva, no para hacerla yo (ríe), pero sí para interpretarla.

Salvando los detalles, el mundo de la interpretación requiere muchas veces también de una doble vida, compaginando los castings y la búsqueda de oportunidades con poner copas y sobrevivir.
Te diría que, aunque te vaya muy bien y no tengas que poner copas, tu vida “cuando le dan al botón rojo”, como digo yo, es muy distinta a la que puedes llevar detrás de las cámaras. No te voy a decir que yo soy un tipo tímido, pero no la voy liando por la vida como mis personajes. Y en muchas ocasiones, para cosas en que me han pedido hacer de mí, yo siempre digo: “mejor vamos a inventarnos a otra persona, a mí no me apetece hacer esto”. Me apetece hacerlo desde un personaje porque es mucho más fácil y, si no, tú eres el responsable de lo que suceda. A mí me gusta mucho mi profesión, pero me oculto detrás del personaje.

Sin embargo, es frecuente verte "haciendo de ti" en diferentes programas, el último "25 palabras". ¿Es más difícil para ti interpretarte a ti mismo?
Tienes más pudor. Muchas veces, cuando estás en un programa te piden “bueno, tú ya la liarás un poco”. He tenido que aprender a hacer un personaje de mí mismo, o más bien a tener el chip en la cabeza de que quieren espectáculo. Esto los americanos lo hacen muy bien. Tú invitas a un americano a tu programa, le pones una cámara delante y automáticamente ya sabe que tiene que hacer un espectáculo de él mismo. En España no lo teníamos tan claro y lo hemos ido aprendiendo. Como he hecho tantos programas de entretenimiento, he tenido que desarrollar la fórmula de “ser Edu” y liarla un poquito, sin tener que arrepentirme de nada. Te ecualizas: subes la ironía y bajas la vergüenza.

De todos tus personajes, el Neng de Castefa supuso tu primer éxito, y fue arrollador. Siendo tan al principio de tu carrera, ¿te ha resultado difícil sacártelo de encima?
Sí, está claro que aquello con lo que te das a conocer te estigmatiza. Se crea una imagen de ti y luego es muy complicado cambiarla. Perfectamente mi carrera la podía haber empezado a partir de otra cosa. Yo entré en ese programa porque hice un casting, pero podía haber comenzado como músico o artista dramático. No iba por la comedia, surgió así y me he tenido que comer las consecuencias, sobre todo porque lo que hicimos en aquella época, y en particular con el Neng y algunos otros personajes, fue muy agresivo y bestia. Aún a día de hoy, he ido con mi hijo por la calle y he escuchado “qué pasa, Neng“ por detrás. Va conmigo, y eso que hace ya 20 años.

A pesar de que en este tiempo has hecho teatro clásico, drama, musicales… ¿Dónde te sientes más a gusto?
Donde mejor me manejo es en el teatro. Es donde más he trabajado, donde empecé, donde conozco el código perfectamente, y no exclusivamente en la comedia. He hecho obras de teatro dramáticas y me he sentido igual de cómodo a la hora de construir y de ejecutar. Quizás lo que menos he hecho es ficción televisiva o de cine y me gustaría investigar más por ahí, a pesar de que en los últimos dos años he tenido varias pelis y alguna serie. Creo que ahí me falta músculo por entrenar porque la oferta ha sido menor, no sé muy bien porqué. Me han llamado la Compañía Nacional de Teatro Clásico o del CDN o Mario Gas para hacer Incendios, mientras que en la ficción de televisión y cine no se me da esa oportunidad. No quiero culpar a mi pasado televisivo, seguramente haya una parte de culpa ahí, pero no solo no me arrepiento, sino que el entretenimiento me ha dado de comer durante muchos años. Ahora estamos estrenando En temporada baja, que es otra oportunidad que me ha dado el cine para hacer una película con un gran elenco y un texto muy potente. 

En temporada baja se estrena el 14 de abril y lo protagonizáis un cuarteto de lujo. Compartes cartel con Antonio Resines, Fele Martínez y Coque Malla.
Ha sido un placer trabajar con gente tan experimentada en este medio. He aprendido mucho con ellos, ha sido un rodaje ágil, rápido y ligero, con facilidades. A veces parece que cuando se juntan personalidades tan potentes tienen que surgir problemas. Y por lo que he visto tanto en el teatro como en la tele, es lo contrario. Cuando hay intérpretes que llevan muchos años haciendo esto y que tienen una carrera extensa a sus espaldas, normalmente aman este trabajo y lo hacen todo muy cómodo.

Campeones de David Marqués fue muy exitosa y eso ha creado expectación. ¿Conocías al director?
No, lo conocí haciendo esta película. Es un tipo que no se complica la vida, le gusta mucho confiar en la materia prima, tanto en el texto como en los actores. Nos ha dejado fluir mucho y además me ha dado personalmente la oportunidad de también hacer la canción. En un principio se la ofreció a Coque Malla, pero él estaba hasta arriba preparando su espectáculo de teatro, que estrenó hace poco, y entonces me la ofreció a mí. Él sabía que yo hago música con mi mujer, mi cuñado y mi cuñada, y me hice un tema con mi banda, Welcome Lemi. Coque colaboró en la interpretación y fue una gran experiencia compartir con este genio de la música. 

En clave de humor, la película aborda temas muy dramáticos y que, por desgracia, están de actualidad. ¿Permite el humor desmitificar aquello de lo que cuesta hablar?
Sí, sobre todo en autores como David Marqués que creo que es un especialista en tirar de la tragedia. Hay mucha miseria en cada uno de los personajes y se da la casualidad de que todos los que confluyen por la película son unos miserables (ríe). Eso hace que la película sea muy graciosa, pero estamos muy metidos en el patetismo. No se nos pedía hacer comedia, se nos pedía que viviéramos ese drama. Ese es el secreto de este tipo de humor que a mí tanto me gusta: lo que estás diciendo lo dices desde la verdad, no desde el querer hacer reír o materializar un chiste que sale en el guion.

En los últimos años se ha hablado mucho de los límites del humor. ¿Tú crees que ha de haberlos?
Creo que el humor tiene los límites que cada uno le ponga. Si un humorista o una película no me gustan por el humor que tratan, no los consumo, no los veo. Me parece extraño denunciar algo que no te gusta, pero está muy de moda tanto en redes como en la sociedad actual. Están cambiando textos como el de Roald Dahl de Charlie y la fábrica de chocolate por ejemplo, porque ya no se puede decir gordo. Dentro de unos años vamos a estar cambiando El Quijote porque probablemente haya muchas cosas que hoy suenan mal. Creo que es mucho más fácil: lo que no te gusta, no lo consumas. Yo soy muy respetuoso, creo, con mi tipo de humor. No soy nada provocativo, no me gusta meterme con nadie, el humor hiriente no es mi especialidad. Pero quien lo hace, que hay mucha gente que lo hace y muy bien, tiene mucha presión cuando, si no te gusta, puedes cambiar de canal o plataforma. También me ha pasado haciendo un monólogo, meterme con una profesión en concreto porque en ese momento ha surgido y que por Instagram me pongan verde los de esa profesión, que se reían cuando te metías con la profesión del de al lado. Ese es un problema que creo que hay en esta sociedad.

Además de interpretar y hacer música, también escribes. ¿Para cuándo el Edu Soto director?
En los últimos 4 o 5 años he escrito 4 largos. Uno está en manos de una productora catalana, que además son amigos con los que trabajé en Buenafuente. Les ha gustado mucho, quieren levantar el proyecto y estamos ya con todo el papeleo y con la reescritura del guion –hace un par de semanas terminé la séptima versión–. Yo sería uno de los protagonistas de la peli –como no me dan esas oportunidades, cuando escribo pienso en darme a mí mismo una oportunidad– y hay una coprotagonista que nos ha dado “el sí”, que es un tótem del cine español. Que haya leído el guion y le haya gustado mucho y haya escrito una carta de compromiso, me hace pensar que no estoy tan loco y que realmente tengo algo que decir.

¿Alguna vez se duda?
Muchas veces cuando llevas tantos años intentando algo y no sale, dices “a lo mejor yo creo que tengo algo que decir, pero no le interesa a nadie”. Sin embargo, parece ser que sí, que he encontrado ese hueco. Ahora falta lo más difícil, que consigan levantar el proyecto. Es un a productora pequeña que sigue los pasos muy concienzudamente y como una hormiguita y espero que lo logren con esta película. Me haría mucha ilusión, no solo porque es una película muy bonita –hay un tema sobre la mujer, de trasfondo, y es bonito hablar de este tipo de cosas–. Estoy llevando a cabo eso que dicen de "hasta que no empiece a rodar, no me lo creeré”. Pero confío y sigo escribiendo. Todos tenemos cosas que decir y hay que atreverse a hacerlas y escribirlas, que es un trabajo muy duro y de años. Pero si no empiezas, jamás lo vas a hacer. Llevo un tiempo sembrando y espero que algún día me llegue la recompensa.