Puerto Rico, de la granja a la mesa
Con una huerta de sorprendente riqueza, fincas que reciben visitantes para probar el producto local y el auge de restaurantes de cocina kilómetro 0, Puerto Rico se ha convertido en uno de los destinos más sabrosos de la filosofía “de la granja a la mesa”.
Vuela a San Juan de Puerto Rico por 34 000 Avios (ida y vuelta).
Consciente de la importancia de su gastronomía y de la riqueza de sus materias primas, Puerto Rico está reinventando su gastronomía con una apuesta por el turismo consciente, la protección de comunidades locales y el apoyo a una nueva generación de emprendedores.
De esta filosofía se nutren Carité 3.0, una granja familiar de 4 hectáreas junto a un lago, que permite rentar pequeñas cabañas a los turistas, o Viva la Cosecha, a media hora de San Juan, que además de producir alimentos de primera calidad, promueve un cambio saludable con talleres de siembra, huertos comunitarios y sesiones de cocina en directo con chefs de distintas partes del país. Son, igual que Frutos de Guacabo, en Manatí, referentes en la producción local y punto de encuentro entre restaurantes y agricultores. Frutos del Guacabo ofrece además un programa de agroturismo donde los visitantes pueden cosechar los ingredientes que comerán en una ensalada.
La isla, es gracias a estas iniciativas, cada vez menos dependiente de la importación de productos agrícolas. Buena fe de ello da el proyecto Cocina al Fondo de la chef Natalia Vallejo: desde su ubicación en Santurce, este restaurante ha diseñado su oferta alrededor de las tradiciones, los sabores y la historia única de Puerto Rico, lo que ha conseguido atraer la atención de medios internacionales como The New York Times. Todos sus ingredientes son de producción local, algo que ponen en valor en su cuenta de Instagram, que da el protagonismo a agricultores y pescadores con los que trabajan, poniendo cara a su compromiso por la trazabilidad.
Vianda, el proyecto de Francis Guzmán y Amelia Dill, es otro gran ejemplo de esta filosofía. La pareja, que se conoció en San Francisco en 2010, decidió volver a su tierra para desarrollar una propuesta culinaria que se basa en el carácter hospitalario de los boricuas y hace bandera de la agricultura local, rotando constantemente el menú para ajustarse a los productos de temporada. Habiendo trabajado con productores como Frutos de Guacabo, Vianda se ha convertido en uno de los restaurantes más famosos de San Juan.
También en la capital se encuentra Cocina Abierta del chef Martin Louzao. Allí, influencias internacionales de Argentina, España o Italia, se funden con la herencia cultural boricua. Louzao se ha convertido en uno de lo referentes culinarios de la zona y ha iniciado el proyecto Oriundo, un laboratorio culinario que cuenta con la colaboración de historiadores, conservadores y agricultores, cuyo objetivo es recuperar ingredientes locales olvidados o poco utilizados, preservar la biodiversidad de la Isla y dar impulso a la producción local para liberar a Puerto Rico de la necesidad de importaciones. Sus resultados los muestran periódicamente en una serie de cenas que anuncian en Instagram. Las plazas se agotan rápidamente.
Quienes quieran disfrutar del paraíso de Vieques y explorar la cocina local, pueden visitar Finca Victoria. Definida como hotel y casa botánica, nació en 2018 cuando Sylvia de Marco se propuso recuperar un terreno que había quedado completamente asolado tras el huracán María. Hoy cuenta con plantaciones, entre las que destacan las frutas de su “jardín comestible”, que surten su cocina vegana de ingredientes para sus Vegan Dinner Night Series, en que periódicamente participan chefs invitados convirtiendo la casa en un restaurante pop-up.