El valor monumental de las oficinas de Correos
Solo el año pasado, las oficinas de Correos de España recibieron 88 millones de visitantes. Descubre por qué y sumérgete en la historia de sus oficinas históricas, verdaderas joyas de arquitectura pública.

Uniendo cada punta de la geografía nacional con el resto del mundo, las oficinas del servicio postal son un punto de encuentro al que muchos acaban acudiendo, no importa si son vecinos de toda la vida o si solo están de paso en España. Y es que en las 2389 oficinas de Correos del territorio nacional puede disfrutarse de una extensísima carta de servicios, que incluye cualquier tipo de cuestión relacionada con la correspondencia y la paquetería, incluyendo maletas o bicicletas, las identificaciones para mascotas, el pago de recibos, el cambio de divisas, el ingreso y retirada de efectivo, el voto por correo y la venta de entradas. Sin embargo, hay otro gran motivo por el que merece la pena visitar las oficinas de Correos de nuestro país: los impresionantes edificios históricos y emblemáticos donde se encuentran muchas de ellas.
Tanto es así que casi sería posible realizar un viaje por toda la geografía española visitando oficinas de Correos situadas en localizaciones increíbles que repasan décadas de historia. A principios del siglo XX las autoridades españolas realizaron una enorme inversión para modernizar el sistema estatal de Correos y Telégrafos, llevando a muchas de las grandes capitales de nuestro país algunas de las mejores joyas arquitectónicas de principios de siglo.
El ejemplo más icónico es la oficina de Correos en el Palacio de Cibeles (antes conocido como Palacio de Comunicaciones), que hoy comparte emplazamiento con el Ayuntamiento de Madrid. Situada en un edificio modernista firmado por Antonio Palacios y Joaquín Otamendi e inaugurado en 1919 como sede de la Sociedad de Correos y Telégrafos, esta oficina disfruta de un paisaje sin igual a la sombra de la Cibeles y a escasos metros del Museo Del Prado, dentro del Paisaje de la Luz, Patrimonio Mundial de la Unesco desde 2021.

Asimismo, el edificio central de Correos en la Avenida de la Constitución de Sevilla, frente a la Catedral y el Archivo de Indias, es una impresionante obra art-decó con evidentes toques neobarrocos que fue finalizado en 1930. Construido en un momento en el que la capital hispalense se preparaba para albergar la Exposición Iberoamericana de 1929, fue encargado a Luis Lozano y a un viejo conocido de las sedes de Correos, Joaquín Otamendi. Todos los que visiten esta oficina podrán disfrutar un impresionante techo acristalado que cubre el patio interior de dos pisos elevado sobre arcos de medio punto.
En A Coruña se encuentra uno de los más impresionantes ejemplos de arquitectura creada por y para el servicio estatal de Correos. De nuevo resultado de la colaboración entre Luis Lozano y Joaquín Otamendi, junto con el arquitecto local Antonio Tenreiro, esta obra de estilo racionalista, de enormes dimensiones y líneas y vértices rectos tras los que se esconde una gran apuesta por las técnicas más modernas, es el primer edificio de estructura metálica que se construye en la ciudad gallega y un guiño a la arquitectura y las innovaciones propias de la Escuela de Chicago. El edificio fue construido entre 1931 y 1934 y la historia de España también dejó su huella en el interior: durante la Guerra Civil fue utilizado como cuartel y hospital. Un poco antes, en 1929, Telefónica encargó la construcción del edificio neogótico que alberga actualmente la oficina de Correos de Santiago de Compostela sobre una casona del siglo XV. En la misma comunidad, pero en Lugo, un autómata en forma de cartero girando bajo un reloj a las 10, las 12 y las 20 horas ha rendido de homenaje a los profesionales durante décadas.

En Baleares, los usuarios de Correos también pueden disfrutar de vistosas localizaciones, como la oficina principal de Palma de Mallorca. Esta construcción, planificada en la década de los 30 pero finalmente inaugurada en 1945, fue resultado del trabajo conjunto entre el arquitecto Manuel Cases Lamolla y Francisco Pou Pou. La obra recuerda a las casas señoriales que forman parte del paisaje tradicional de la isla y presenta una curiosa estructura de esquina que da lugar a una doble fachada ricamente decorada.

Y es que es innegable que las oficinas del servicio postal, repartidas por todas las capitales de España, han marcado y dado forma al centro de algunas ciudades tan bonitas como Burgos, Huesca o Santander. Precisamente allí se encuentra una de las obras más importantes del estilo regionalista cántabro, la sede de Correos, a escasos metros de la Catedral de Santander y del edificio del Banco de España. Diseñada por Fernández Quintanilla y Secundino Zuazo Ugalde, presenta dos impresionantes torres poligonales y un interior elegante y amable que espera hacer las delicias de todos los usuarios.
A fin de cuentas, nadie puede decir que conoce a fondo cualquier ciudad de España si todavía no ha visitado sus oficinas de Correos.
