Liubliana es una ciudad pequeña, pero llena de historia. Fundada 2000 años atrás por la Legio XV Apollinaris del emperador romano Octaviano, ha ido acumulando desde entonces un sorprendente patrimonio histórico y cultural. Siguiendo el curso del río Liublianica, los visitantes pueden explorar joyas que salpican la ciudad como el Puente de los Dragones. Emblema de la ciudad –el dragón es su símbolo–, este puente fue inaugurado en 1901, convirtiéndose en un alarde de innovación técnica y uno de los mejores ejemplos del estilo Art Noveau en el mundo.

El otro gran icono de Liubliana es su Castillo, impresionante construcción medieval que domina la ciudad desde las alturas. El complejo, de planta circular, fue desarrrollándose como fortaleza desde el siglo XII, cuando se le fueron añadiendo nuevas torres y elevando más aún sus murallas hasta el siglo XIX. Al Castillo se puede acceder por carretera o en un funicular y desde sus diferentes espacios se obtiene una de las panorámicas más bellas de Liubliana –cuando el clima acompaña, incluso de los Alpes Julianos–. Puedes escoger entre diferentes itinerarios para visitarlo –hay incluso un Escape Room dentro del Castillo– y disfrutar allí de la mejor cocina eslovena. Strelec Restaurant recibió en 2022 1 Estrella Michelin gracias al trabajo del chef Igor Jagodic, que acompaña con su menú degustación las increíbles vistas de la Torre de los Arqueros. Y el restaurante Gostilna Na Gradu ofrece un recorrido por las recetas tradicionales eslovenas con un toque contemporáneo y producto local a precios muy competitivos, que le han hecho merecedor de una mención Michelin Bib Gourmand.

Si te gusta el arte, visita la Catedral de San Nicolás, reconocible sobre los tejados por sus inconfundibles cúpulas verdes. Su imponente decoración barroca en el interior incluye frescos de Giulio Quaglio y esculturas de Angelo Putti. Muy cerca de esta iglesia se encuentra el Mercado Central de Liubliana, donde los puestos al aire libre acompañan en las dos plazas adyacentes, Plaza Pogačarjev y Plaza Vodnikov, al mercado cubierto que se eleva a la orilla del rio. Este es el mejor lugar de la ciudad para probar la cocina local. Cada viernes se celebra el Odprta kuhna,traducido como cocina abierta, un mercado gourmet donde los mejores restaurantes de Eslovenia se reúnen para ofrecer una increíble experiencia culinaria. Además, el Mercado destaca por su arquitectura: es obra de Jože Plečnik, considerado el arquitecto nacional esloveno y uno de los responsables de la contrucción de su identidad como nación. Finalizado en 1944, fue diseñado para adaptarse naturalmente al cauce del Ljubljanica y cuenta con un complejo de tiendas, restaurantes e incluso una galería de arte.

Otras obras de Jože Plečnik, que participó en la completa remodelación de la ciudad en la primera mitad del siglo XX, son la Biblioteca Nacional y Universitaria de Eslovenia, cuyo exterior se inspira en los palacios italianos renacentistas, el Puente Triple, que nació tras la remodelación de uno de los puentes centrales de Liubliana, y el Cementerio Žale, de 1940, cuya entrada está marcada por una arquería momumental. Los amantes de la arquitectura también pueden visitar la casa-museo de Jože Plečnik, diseñada por el arquitecto, donde puede apreciarse su increíble talento para el diseño de interiores y trabajos de otras capitales europeas como Viena o Praga. Para comer, no te pierdas el restaurante JB, ubicado en otro de los edifcios de Plečnik, en el que podréis degustar las creaciones del chef Janez Bratovž, referente de la cocina moderna eslovena.

Liubliana, por otro lado, posee paisajes urbanos de lo más pintorescos. La Plaza Prešeren, dedicada al poeta más importante de Eslovenia, se encuentra al pie del Castillo y a ella se accede a través del citado Puente Triple. En la plaza se encuentra la Iglesia de la Anunciación, cuya fachada barroca es una reinterpretación mucho más colorida de la de la Iglesia del Gesù, en Roma, o la Farmacia Central de Liubliana, impresionante construcción neorrenacentista también conocida como el Palacio Mayer. La cara más alternativa de Liubliana es Matelkova mesto, un centro cultural nacido en las antiguas barracas de un cuartel del ejército yugoslavo, activo entre 1945 y 1991. En 1993 el colectivo de intelectuales Mreža za Metelkovo decidió ocupar el espacio y evitar así que fuese derruido, fundando un Centro Social Autónomo. Desde entonces, los propios artistas han ido instalando allí sus talleres, sedes de organizaciones en defensa de la comunidad LGTBI, exposiciones de arte e incluso conciertos, que han convertido el lugar en epicentro vanguardista de Liubliana. Además, muchos clubs han abierto en la zona, dando lugar a un espacio alternativo.

Para excursiones de un solo día desde Liubliana, lo mejor es visitar el lago Bled, a sólo una 45 minutos de la capital. Considerado uno de más bellos de Europa, es el destino perfecto para darse un chapuzón o realizar paddle board, muy común entre los lugareños. En el pintoresco pueblo de Bled es típico degustar la Kremšnita, una deliciosa tarta de crema. También puedes visitar el Castillo de Predjama y la Cueva de Postojna, que forman parte de un mismo parque. La fortificación medieval, testigo de leyendas como la de Erasmo de Predjama, fue erigida en la misma boca de una de las enormes cuevas de la zona. Se asoma sobre un precipicio de más de 123 metros de profundidad. A poca distancia, la Cueva de Postojna es en una visita muy intersante para realizar con los más pequeños, pues en su interior se ha construido un divertido tren turístico que recorre buena parte de las concreciones calcáreas más majestuosas.

Como colofón te esperan algunos planes de verano que convierten a Liubliana en un destino muy especial para la temporada. Hasta el 3 de septiembre tendrá lugar el Ljubljana Festival, que en 2024 celebrará su edición número 72 y que cada año reune a figuras internacionales de la música clásica, la ópera, el ballet, el teatro o el arte.