Playas de Cantabria para alargar el verano

1 San Vicente de la Barquera

San Vicente de la Barquera alberga playas de increíble calidad, entre ellas la de La Maza, que acepta mascotas, o la de Merón, con más de 3 kilómetros de longitud. La localidad es conocida por la práctica de deportes acuáticos como el surf, una disciplina que se practica especialmente en la Playa de Gerra. 

¿Dónde comer? El Rayo Verde es un chiringuito icónico. Debe su nombre al fenómeno meteorológico, mitificado por Julio Verne en su novela homónima, que ocurre en el instante en el que el sol se esconde en el horizonte. El chiringuito, ubicado sobre los acantilados, ofrece vistas majestuosas del litoral, sobre todo al atardecer, música en directo, recetas caseras y cócteles.

2 Playa de Oyambre

Entre San Vicente de la Barquera y Valdáliga, en el Parque Natural de Oyambre, la playa de Oyambre es una de las grandes joyas de la naturaleza cántabra. Situada junto a la desembocadura de la Ria de la Rabia, sus dunas de arena fina y dorada hacen de esta playa una de las más populares e idílicas de la región.

¿Dónde comer? A pie de playa se encuentra El Pájaro Amarillo, que desde 2006 trabaja con lonjas locales que les proveen de pescado y marisco frescos. Sirven además ricos arroces. El nombre del restaurante rinde homenaje a la leyenda del primer vuelo transatlántico europeo que, con éxito, realizó un aterrizaje forzoso sobre la arena de la Playa de Oyambre.

3 Playa de El Sardinero

Situada en el núcleo urbano de Santander, la playa de El Sardinero es un imprescindible de todos los que visitan la capital de Cantabria. La arquitectura del paseo marítimo permite viajar 100 años atrás, cuando la nobleza de los años 20 la convirtió en lugar de moda, mientras que su fácil acceso convierte a El Sardinero en una de las playas más valoradas, también por la calidad de la arena y del agua. 

¿Dónde comer? A orillas de la Pla ya de El Sardinero se encuentra El Serbal, que disfruta de 1 estrella Michelin desde hace casi dos décadas. Su propuesta reinventa los sabores típicos de la región, poniendo en el centro los productos.

4 Somo

En los 4 kilómetros de longitud de las playas de Somo hay espacio para relajarse bajo el sol y para practicar surf, un deporte que concentra en Somo su mayor escena en la comunidad con tiendas, escuelas y campeonatos durante todo el año. Somo es parte de la reserva de surf de Ribamontán al Mar, la primera que surgió en toda España.

¿Dónde comer? El Tronky, el restaurante de Pedro Guevara e Isabel Peña, es considerado uno de los más destacados asadores de pescado de todo el litoral cantábrico, seleccionado las mejores materias primas, como las sardinas o el bonito.

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5 Playa de Langre

Los acantilados que rodean la playa de Langre, a solo un kilómetro de la localidad homónima, la convierten en uno de los paisajes más dramáticos de la comunidad. Parte también de la Reserva de Surf de Ribamontán al Mar, Langre recibe a aventureros de múltiples deportes.

¿Dónde comer? A 5 minutos, en la localidad vecina de Galizano se encuentra La Torre by Marañón, parte del Hotel Gastronómico Torre de Galizano. Ocupa un palacio de indianos de 1872, donde el chef Javier Marañón, discípulo de Martín Berasategui, propone una cocina sostenible basada en el producto.

6 Laredo

La localidad de Laredo disfruta de más de 8 kilómetros de costa, siendo la playa más conocida la de la Salvé, frente al monte Buciero de Santoña. Esta playa, extraordinariamente amplia y rodeada por un animado paseo marítimo, aúna aguas muy tranquilas y arena de fina. A su imponente belleza natural se suma que, gracias a su orografía y forma de concha, está considerada una de las playas más seguras de España.    

¿Dónde comer? El Restaurante Camarote, a 500 metros de esta playa, lleva desde 1985 sirviendo  pescados y mariscos del Cantábrico, desde percebes y langostas a nécoras, jibiones y rodaballos. La carta la completan quesos locales como el de Tresviso, carnes, postres caseros y una gran selección de vinos.