Salzburgo: música y espíritu navideño
En Salzburgo, la joya de Austria, historia y música se entrelazan en cada rincón. Conocida mundialmente por ser el lugar de nacimiento de Wolfgang Amadeus Mozart, Salzburgo ofrece a los visitantes una rica combinación de belleza arquitectónica y legado cultural. Y es que la vida musical de Salzburgo no es lo único que ha dotado de celebridad a esta ciudad, que se enorgullece de contar con uno de los mercadillos navideños más antiguos de Europa. Acompáñanos a conocer la villa donde se compuso el villancico Noche de Paz y descubre una ciudad llena de ritmo y espíritu navideño.
Vuela a Salzburgo, nuevo destino de Iberia a partir del 30 de noviembre, desde 15 000 Avios (ida y vuelta).
Salzburgo es, desde hace siglos, una ciudad rica. El comercio de lo que los lugareños llaman “oro blanco” ha marcado para siempre la historia de esta localidad. Las minas de sal de Hallein, tan impresionantes que han sido bautizadas como mundos de sal (Salzwelten en alemán) y que pueden visitarse accediendo a la montaña en un tren minero, contribuyeron a la prosperidad local y al enriquecimiento de las familias nobles de la zona, lo que repercutió en un centro histórico de enorme encanto y belleza, uno de los más refinados de todo el continente europeo.
El centro histórico de Salzburgo, reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1996, cuenta con representaciones arquitectónicas de casi todos los movimientos artísticos europeos, desde el gótico flamígero al barroco. Uno de los ejemplos más impresionantes de este último es su Catedral, el primer templo barroco al norte de los Alpes, cuya fachada y cúpula suponen un alarde técnico y estético. En su interior se encuentra una pila bautismal de bronce del año 1300, donde el ciudadano más célebre de Salzburgo, Wolfgang Amadeus Mozart –los visitantes encontrarán su nombre en cada esquina de la ciudad–, fue bautizado tan sólo un día después de haber llegado al mundo.
En la Plaza de la Catedral y en la adyacente Residenplatz se celebra cada año desde el siglo XV el Christkindlmarkt, también conocido como Mercado de Adviento, que este año abrirá sus puertas el 21 de noviembre para celebrar su 50 aniversario desde que fuera refundado oficialmente en 1974. En Austria, las semanas previas a la Navidad se viven con muchísima ilusión y las ciudades se llenan de coronas de Adviento y de aroma a Vanillekipferl, unas galletas típicas cocinandas a base de almendra y vainilla con forma de media luna, que muchos locales hornean o compran entre noviembre y enero. En el Christkindlmarkt pueden degustarse junto al glühwein, un vino caliente y muy dulce típico de Alemania, Austria y Suiza que levanta pasiones entre quienes lo prueban. En los casi 100 puestos de este mercadillo navideño, cubierto por un diseño de luces que imita un cielo estrellado, pueden encontrarse todo tipo de adornos artesanales para el árbol de Navidad o para el belén, juguetes, decoración, velas e incienso, además de los desfiles del Krampus, una simpática criatura mitológica alpina que amenaza con llevarse a los niños que no tienen suficiente espíritu navideño, y un programa de conciertos de música coral donde se cantan villancicos.
El más repetido será, probabalmente, Noche de Paz, (en alemán Stille Nacht! Heilige Nacht!), que fue compuesto por el sacerdote Jospeh Mohr con música del organista Franz Xaver Gruber. La primera vez que este villancico se intrepretó en público fue la noche del 24 de diciembre de 1818 en la Parroquia de San Nicolás de Oberndorf, un pequeño pueblo a las afueras de Salzburgo. En esta pintoresca localidad se inauguró en los terrenos de la citada parroquia la Stille-Nacht-Kapelle, una capilla conmemorativa situada junto al Stille-Nacht Museum, donde se repasa la historia y el impacto cultural de este villancico, conocido mundialmente y considerado la única canción que, aunque solo fuese por una horas, consiguió parar una guerra. Los austriacos se enorgullecen tanto de su Noche de Paz que cada 24 de diciembre a las 5 de la tarde rinden homenaje a sus creadores en la capilla conmemorativa, mientras que en el museo los más atrevidos pueden participar en un karaoke donde se reproduce el villancico en varios idiomas.
De vuelta en el centro de Salzburgo, una ruta por sus calles nos llevará a escenarios como el imponente Palacio de Mirabell, construido en 1606 por el príncipe arzobispo Wolf Dietrich para su amada Salomé Alt. De estilo barroco, alberga el que se conoce como el “salón de bodas más bello del mundo”: su Salón de Mármol acogió los conciertos de Leopold Mozart y de su aún más célebre hijo, Wolfgang, que se dio a conocer a toda Europa como el genio musical que era desde esta corte. Los jardines del palacio, creados en el siglo XVII, son igualmente espectaculares, ofreciendo vistas de la Fortaleza de Hohensalzburg y trasladando a los visitantes a otras épocas. En el Palacio de Mirabell continúan celebrándose conciertos de música clásica, tanto en el interior como en los jardines, que pueden disfrutarse a distintas horas de la tarde o de la noche. Este emplazamiento también cuenta con su propio mercadillo navideño, en la Mirabellplatz, frente al palacio, que suele abrir hasta las 8 de la noche.
La siguiente parada en nuestra ruta es la majestuosa Fortaleza de Hohensalzburg, que domina el horizonte de la ciudad. Construida en el año 1077 por el arzobispo Gebhard sobre el monte Festungsberg, esta edificación ha sido objeto de numerosas ampliaciones y mejoras a lo largo de los siglos y se erige como el mayor castillo de Europa que se ha conservado íntegramente hasta nuestros días. En sus muros pueden encontrarse museos y exposciones sobre la historia militar de Salzburgo, pero también lugares tan curiosos como un Museo de las Marionetas o las Salas Principescas, con mobiliario original de 1501. Como no podía ser de otra manera, la Fortaleza de Hohensalzburg también cuenta con su propio mercadillo navideño, situado en el patio del castillo y que suele abrir de viernes a domingo.
Por supuesto, nadie puede irse de Salzburgo sin visitar la Casa Natal de Mozart, hoy uno de los museos más visitados del país. El 27 de enero de 1756, Wolfgang Amadeus Mozart nació en el tercer piso de la Casa Hagenauer, a la que su familia se había mudado en 1747, y allí vivió su niñez y adolescencia. En 1880 el edificio, famoso por su fachada amarilla, fue reconvertido en un museo que recorre la vida del genio musical a través de sus objetos personales, como su violín infantil o su clavicordio. La Casa Natal de Mozart se sitúa en el número 9 de la Getreidegasse, reconocida como una de las arterias principales de Salzburgo al ser la calle comercial más importante y antigua de la ciudad. En ella, además de los mejores ejemplos de la arquitectura típica de Salzburgo, pueden encontrarse talleres y joyeros artesanales, firmas de lujo, licorerías, cafés y pastelerías, como la Konditorei Füst, donde se crearon en 1890 los mundialmente famosos Mozartkugel. En Navidad, la Getreidegasse disfruta de uno de los encendidos de luces más bellos de toda Austria.