Lisboa: paraíso de la nueva arquitectura
Gracias a la catedralicia obra del longevo Álvaro Siza, Portugal se convirtió en uno de los faros de la arquitectura contemporánea y Lisboa es el mejor ejemplo. En esta ruta, guiados por el fotógrafo Rodrigo Cardoso, apasionado de la arquitectura contemporánea, recorremos los proyectos que han transformado radicalmente el paisaje de la capital portuguesa. Obras como el Pabellón de Portugal, del citado Siza, se suman a diseños de Santiago Calatrava, como la Estación de Oriente, y a otros alardes técnicos y arquitectónicos, como la Terminal de Cruceros de João Luís Carrilho da Graça.

Diseñado para la Exposición Mundial de 1998 en la desembocadura del Tajo, el Pabellón de Portugal es una de las obras más espectaculares de Álvaro Siza Vieira. El prestigioso arquitecto portugués crea una sensación de ligereza incluso en la cubierta de hormigón presentado, que parece una hoja de papel aunque abarca 70 metros de ancho por 50 de profundidad.

Con motivo de la Exposición Mundial de 1998, Lisboa le encargó a Santiago Calatrava el diseño de la Estación de Oriente en el Parque de las Naciones, donde concurren el metro y los servicios de autobús y tren. Una gran cubierta en la terminal ferroviaria se levanta como un bosque imponente de árboles de hormigón, acero y vidrio.

Los visitantes pueden caminar por encima del Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología (MAAT), uno de los mejores ejemplos de un centro cultural que se convierte, a la vez, en paisaje. Se trata de una obra de Amanda Levete Architects y se encuentra en el barrio de Belém. Forma parte de la Fundación EDP.

Con un gran auditorio como espacio principal y un patio interior abierto, pero protegido del ruido exterior, la Escuela Superior de Música de Lisboa esuna joya de João Luís Carrilho da Graça. Construida en hormigón y cristal y terminada en 2008, su aislamiento acústico y térmico resulta magistral.

Allá donde Vasco de Gama se echó al río y, después, al mar para conquistar la Ruta de las Especias se levanta hoy el conocido como “centro de investigación para lo desconocido” de la Fundación Champalimaud. La obra de Charles Correa es igualmente innovadora en lo arquitectónico e incluye numerosos espacios abiertos disfrutables por el visitante.

La visión de João Luís Carrilho da Graça para la nueva Terminal de Cruceros de la capital lusa es exquisita. Su cubierta parece flotar permitiendo la conexión con la ciudad a través de paredes acristaladas y un gran parque alrededor. Para la construcción, se utilizó hormigón con corcho, con el fin de reducir el peso total.
Diseñado para la Exposición Mundial de 1998 en la desembocadura del Tajo, el Pabellón de Portugal es una de las obras más espectaculares de Álvaro Siza Vieira. El prestigioso arquitecto portugués crea una sensación de ligereza incluso en la cubierta de hormigón presentado, que parece una hoja de papel aunque abarca 70 metros de ancho por 50 de profundidad.