Ecuador: del Pacífico a los Andes a ritmo de tren
El Tren Crucero, que los World Travel Awards ha llegado a designar el ferrocarril más lujoso de Sudamérica, permite llegar de Guayaquil a Quito en cuatro días y cuatro noches. Dos vagones decorados con estilos colonial y de época atraviesan un total de 447 kilómetros, partiendo desde Guayaquil y subiendo desde el Pacífico hasta llegar al corazón más profundo de los Andes ecuatorianos: su capital, Quito. Puedes volar a Quito o Guayaquil por 42.500 Avios (ida y vuelta).

Desde la estación de Durán, a quince minutos del centro de Guayaquil, el Tren Crucero serpentea con sus cuatro vagones impulsados por una histórica locomotora a vapor del año 53.

El primer día, los pasajeros descubren la Hacienda La Danesa, epicentro de la producción de cacao ecuatoriano. La parada incluye un recorrido por las plantaciones y actividades de fabricación y degustación del cacao.

La Nariz del Diablo permite que el tren suba hasta los 2.000 metros sobre el nivel del mar marcha atrás, desde donde se pueden apreciar panorámicas del valle, el río y la estación de Sibambe.

El Chimborazo, uno de los volcanes más impresionantes de los Andes ecuatorianos, aparece el tercer día de ruta a 3.600 metros de altura. La estación de Urbina da la bienvenida a las faldas del macizo, la más alta de todo el sistema ferroviario de Ecuador.

La capital ecuatoriana, declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es la llegada oficial al corazón de los Andes y punto de partida para continuar, en el último día del recorrido, hacia Otavalo e Ibarra, al norte de la ciudad.
Desde la estación de Durán, a quince minutos del centro de Guayaquil, el Tren Crucero serpentea con sus cuatro vagones impulsados por una histórica locomotora a vapor del año 53.