Destinos que florecen
El festival nipón Hanami Sakura, que en el siglo VIII era una festividad casi exclusiva de la aristocracia, hoy ha traspasado las fronteras sociales y también geográficas del país. Te mostramos distintos destinos, desde 15.000 Avios, donde disfrutar de este espectáculo de la naturaleza.
El hanami permite contemplar la belleza de las flores, aunque los cerezos (o sakura) son los que acaparan todo el protagonismo. Su flor, que dura sólo diez días, anuncia la llegada de la época de cosecha del arroz. En el fenómeno hay quien ve unirse la importancia de la naturaleza del sintoísmo con la idea de una existencia efímera del budismo.
Los japoneses se reúnen en parques bajo los cerezos y celebran picnics que se suelen alargar hasta la noche, y así es como han exportado esta celebración al resto del mundo:

En los últimos años, Estocolmo ha plantado más de 10.000 cerezos por toda la ciudad. Puestos de artesanía y de comida llenan Kungsträdgården (Jardín del Rey), uno de sus parques más populares, para unirse a la celebración de este festival organizado por la asociación japonesa Japanska Föreningen - Imagen de Dennis Wernersson

Brooklyn tiene distintas clases de cerezos que florecen en momentos diferentes, lo que lo convierte en un lugar ideal para ver este fenómeno. En su jardín botánico hay un montón de variedades e incluso un “Cherrywatch” que explica sus propiedades y avisa cuándo están floreciendo. Más de 70 eventos forman parte de su propio Cherry Blossom Festival. Aunque este año se ha cancelado, aún es posible pasear por los jardines y disfrutar de la floración en abril - Imagen de Rebecca Bullen/Cortesía de Brooklyn Botanic Garden.

También el botánico londinense, Kew Gardens, alberga una densa comunidad de cerezos, aunque en esta zona es más impredecible adivinar cuándo van a florecer debido a las fluctuaciones del clima. Sus cerezos, algunos salvajes y otros muchos importados del Japón, están repartidos por varias zonas de la ciudad y la asociación Japanese Conversation Group organiza eventos todos los años en Kensington y Regent´s Park - Imagen cortesía de Kew Gardens

En el año 2000, el club de mujeres japonesas de la localidad de Amstelveen donó 400 cerezos en conmemoración del 400 aniversario del tratado de amistad entre Japón y los Países Bajos. Gran parte de ellos fueron plantados en la zona sur del Amsterdam Bos y otros se llevaron a la Plaza de los Museos (Museumplein), junto al de Van Gogh. Aunque el evento que organizan los vecinos de Amstelveen es muy poco turístico, los visitantes son bienvenidos cualquier día para celebrar un picnic bajo los cerezos. La entrada es gratuita y, aunque no hay farolas, el parque está abierto 24/7 - Imagen de Jeroen Hogenboom

Al norte de Cáceres, más de un millón de cerezos tiñen de blanco el Valle del Jerte cada primavera y toda la comarca celebra, desde los años 70, la Fiesta del Cerezo en Flor, declarada Interés Turístico Nacional en 2010. Con una programación repleta de actividades relacionadas con la música, la gastronomía o el deporte, se celebra la llegada de las 200 variedades distintas de cereza, normalmente entre el 20 de marzo y el 10 de abril. Las conocidas como Picotas del Jerte, tienen su propia DOP - Imagen cortesía de Turismo de Valle del Jerte

Más de 35.000 invitados acuden cada primavera al Parque Langelinie, famoso por su estatua Sirenita, para unirse a la población nipona en el Sakura Festival de Copenhague. Desde que en 2008 el presidente de una compañía de Hiroshima y sus trabajadores regalaran 200 árboles a los daneses, el parque llena su programación de espectáculos musicales, actividades y danzas típicas de la cultura japonesa cada último fin de semana de abril. La entrada es gratuita y tiene lugar los días 23-24/4 - Imagen de Hasse Ferrold/Cortesía de Langelinie Park
En los últimos años, Estocolmo ha plantado más de 10.000 cerezos por toda la ciudad. Puestos de artesanía y de comida llenan Kungsträdgården (Jardín del Rey), uno de sus parques más populares, para unirse a la celebración de este festival organizado por la asociación japonesa Japanska Föreningen - Imagen de Dennis Wernersson