Quito: la cultura late en el barrio de San Marcos
Cuando la jornada concluye, las calles del Centro Histórico quiteño se vacían. En los últimos años, muchos habitantes se han desplazado de esta área, expurgándola del encanto de vecindad que, en cambio, tiene el barrio de San Marcos, una cápsula de tiempo dentro del Centro. La gente camina sin apuro, sabe el nombre de sus vecinos y compra en los negocios de proximidad, en un área en donde tiendas de víveres, farmacias y zapaterías se codean con museos, bares, hoteles boutique, cafeterías y restaurantes, encendiendo un foco cultural que vibra con autenticidad.
La experiencia religiosa
La intersección de las calles Junín y Montúfar es la puerta de entrada a San Marcos. Su esquina noroccidental está dominada por los macizos muros blancos del Museo Monacal de Santa Catalina de Siena. Este lugar esconde exquisitas pinturas y esculturas de maestros de la Escuela Quiteña, como Legarda y Samaniego, y una inusual reliquia: según los fieles, rezar en la “banca de los milagros” —un artefacto de madera de más de 300 años— cura enfermedades y resuelve problemas de fertilidad.
Un pedazo de Nueva Orleans
Los tres angostísimos pisos del Café Dios No Muere comparten manzana con Santa Catalina. Su nombre hace eco de las últimas palabras del expresidente ecuatoriano García Moreno, cuyos restos habrían sido escondidos en las inmediaciones del café, después de su asesinato en 1875. El local está abarrotado de antigüedades, desde pósters de corridas de toros (una tradición centenaria ecuatoriana) hasta botellas gigantes de Cinzano. En el menú sobresalen algunas especialidades de Luisiana —el propietario del lugar vivió en Nueva Orleans antes de mudarse a Quito—, y son imperdibles los Po’ Boys.
El rincón de la acuarela
Según escribió el investigador Javier Cevallos en el diario local El Telégrafo, solo dos casas del barrio mantienen prácticamente intactos sus rasgos coloniales. Una de ellas es el Museo de Acuarela y Dibujo Muñoz Mariño, creado en honor al acuarelista riobambeño del mismo nombre. Alrededor de un luminoso patio interior están las salas de exhibición, donde también se ofrecen talleres de arte y ciclos de cine. El Museo Manuela Sáenz, dedicado a la principal heroína de la Independencia de Ecuador frente a España es otro punto de interés del barrio que pertenece a la misma red de este museo. Se encuentra frente a Santa Catalina (Junín OE1-13).

Artesanías finas y trivia quiteña
Frente a la plaza e iglesia de San Marcos está Madera Noble, un abastecido taller de taracea, técnica para revestir objetos con incrustaciones de madera y otros materiales. Su propietario, José Barrera es una fuente prolífica de datos curiosos sobre el barrio. En una visita al local uno puede enterarse de cosas como que la casa número OE1-33 de la calle Junín tiene seguramente uno de los frentes más estrechos del mundo (de una propiedad privada), con alrededor de 1,50 m de longitud.
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