Los tesoros de los extramuros madrileños
El Hayedo de Montejo, la Universidad de Alcalá, el Palacio de Aranjuez y el Monasterio de El Escorial, todos ellos sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, son planes perfectos para aprovechar tu Stopover Hola Madrid.
El conjunto que forman el casco histórico de Alcalá de Henares y su universidad es uno de los cuatro sitios protegidos como Patrimonio de la Humanidad en la Comunidad de Madrid. Lo acompañan los jardines y el Palacio Real de Aranjuez, el monasterio de San Lorenzo de El Escorial y el Hayedo de Montejo, repartidos por los cuatro puntos cardinales. Este año, la capital ha presentado a la Unesco la candidatura de un quinto lugar para sumarse a esta lista, el llamado eje Prado-Retiro, el pulmón museístico e histórico de la ciudad.
Alcalá de Henares, casa de Cervantes
La universidad de Alcalá fue fundada en 1499 y su fachada renacentista tiene un gran peso político y sociológico. Guillermo Mora, artista plástico de la ciudad, tuvo la oportunidad de crecer rodeado de monumentos únicos. Para él, el Patrimonio de la Humanidad en la región –piedras talladas, tejas cocidas, hayas centenarias– “pesa”. “Mi trabajo se relaciona con Alcalá en que si hay algo que me interesa de una ciudad son sus muros, lo que protege y no deja ver el otro lado. Mi obra funciona como un parapeto o una frontera que esconde cosas al otro lado”, explica. Mora, creador formado en Chicago, becado en la Academia de Roma y premiado en la feria ARCO de arte contemporáneo (LINK ARTÍCULO ARTE DIGITAL), comparte lugar de nacimiento con otros artistas como la escritora Luna Miguel o el cantante de trap Love Y-i Valvanne. Todos ellos han crecido entre las tapas de los soportales de la calle Mayor, el silencio recogido de la plaza de las Bernardas (el rincón preferido de Guillermo), la casa en la que nació Cervantes y las ruinas romanas de Complutum.

La ciudad de retiro real: Aranjuez
Aranjuez, a orillas del Tajo, retiro primaveral de los Borbones, es otra cosa. Tiene menos de un tercio de los habitantes de Alcalá (59.000 personas) y su vida cotidiana es al menos tres veces más serena y orgullosamente provinciana que la de la ciudad estudiantil. A 50 kilómetros de Madrid, fue el primer lugar que Isabel II comunicó por ferrocarril con la capital, en 1851. El Palacio Real del siglo XVIII, el Museo de Falúas Reales, la Casa del Labrador (todo ello del estilo francés que trajeron los Borbones) o la bicentenaria plaza de toros son parte de la visita, junto al casco histórico. El Concierto de Aranjuez del maestro Rodrigo está dedicado a sus jardines y suena en las campanas de la villa.

El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, símbolo de la Comunidad de Madrid
Más recogida aún es San Lorenzo de El Escorial. Su razón de ser, el monasterio, fue también palacio, sepulcro de los reyes y seminario. Fue levantado por Felipe II en tan solo 20 años sobre el solar de varios de los pueblos que convivían en este valle de la Sierra de Guadarrama en el siglo XVI. Desde entonces, aquí descansan los restos de los monarcas españoles, tanto de los Austrias como de los Borbones.
Además de los méritos patrimoniales que la llevaron a ser protegida por la Unesco en 1984 (la biblioteca, la basílica, el Patio de los Reyes, los jardines y el Panteón de Reyes), San Lorenzo es un lugar donde se va a caminar por el Bosque de la Herrería, el Pinar de Abantos y el recorrido hasta la Silla de Felipe II, un espectacular mirador. También a comer: la cocina tradicional serrana y las carnes con D.O. Guadarrama se sirven en mesones y también en un restaurante con estrella Michelin, Montia, que apuesta por los productos biodinámicos y ecológicos de la región.

Naturaleza salvaje en el Hayedo de Montejo
El último de los sitios Patrimonio de la Humanidad es un bosque único, el Hayedo de Montejo, en la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón. Hayas y robles conviven en una extensa ladera impecablemente salvaje que baja hasta el río Jarama. “A pesar de todos los cambios climáticos se ha conservado de una forma única y es uno de los hayedos más septentrionales de Europa”, explica Pedro González, guía de montaña y responsable de la agencia de multiaventura Amadablam, que organiza rutas senderistas por la Comunidad de Madrid y sus alrededores. El acceso al Hayedo, siempre guiado, tiene unas plazas diarias limitadas, que se suelen completar en otoño, cuando el bosque está en su mejor momento paisajístico. “La hoja del haya pasa en unas pocas semanas de un verde muy intenso a rojizos, marrones y ocres más oscuros cuando empieza a caerse”, cuenta Pedro. Su agencia organiza una ruta alrededor del Hayedo, donde, dice, hay mucho más que ver: “La naturaleza salvaje se combina aquí con pueblos aislados de una zona que se llegó a conocer como la Sierra Pobre y que ahora se está recuperando”.

Imágenes de Ben Roberts