Asturias, al natural
Entre las orillas del Cantábrico y las faldas de los Picos de Europa se extiende el paraíso natural de Asturias, un edén de valles y montañas donde se cuida y se defiende la fauna y la flora propia del norte peninsular. Y es que hasta un tercio del total de la superficie asturiana está considerado como espacio protegido, gracias en buena medida a su red de parques naturales. En esta galería te ofrecemos un recorrido por estos cinco bastiones de la naturaleza, para que puedas perderte entre sus lagos, bosques y montes.

El Parque Natural de Somiedo, en la frontera con León, fue declarado Reserva de la Biosfera en el año 2000 y acoge dentro de sus 29 122 hectáreas el hábitat natural del oso pardo. Las instituciones locales han establecido una serie de miradores que permiten avistar y observar a estos mamíferos de manera respetuosa.

Otro famoso reclamo de Somiedo es la braña de La Pornacal, donde pueden encontrarse 34 teitos o cabañas tradicionales para pastores perfectamente conservadas. A este enclave los turistas solo pueden acercarse a pie y la ruta, monte arriba alrededor de fuentes, lagos y cascadas, promete un satisfactorio final.

También al sur de Asturias se encuentra el Parque Natural de Redes, un impresionante espacio protegido declarado Reserva de la Bioesfera en 2001. Marcado por sus cuevas, sus bosques de hayas y sus diferentes cumbres, en el parque habitan osos, urogallos o lobos, que lo convierten en un escenario de película escogido por directores como José Luis Garci.

En la parte más occidental de Asturias se halla el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. Lo más representativo de este parque es el Robledal de Muniellos, el más grande de España y uno de los mejor conservados de Europa. El monte de Muniellos, también declarado Reserva de la Biosfera, está tan protegido que la Consejería asturiana de Medio Ambiente sólo permite un máximo de 20 visitantes por día. La visita debe reservarse con hasta 23 días de antelación.

Dentro de Fuentes del Narcea también puede visitarse su centro de interpretación, conocido como Casa Florencio. Ubicada en Cerredo (Degaña), data del siglo XIX y se erige como un perfecto ejemplo de la arquitectura tradicional de la zona.

En el sector oriental de la montaña asturiana, a medio camino entre el citado Parque de Redes y los Picos de Europa, se encuentra el Parque Natural de Ponga. Allí destaca el Bosque de Peloño, un hayedo de 15 km2 que se sitúa como uno de los mejor conservados de España. El frondoso bosque cobija a una enorme variedad de especies animales, como jabalíes, urogallos o corzos.

La última parada es el Parque Natural de Ubiñas-La Mesa, en el suroeste asturiano, junto a Somiedo y Fuentes del Narcea. En 2012 se convirtió en el último parque natural asturiano en ser nombrado Reserva de la Biosfera, en reconocimiento a su increíble paisaje montañoso del que destaca el macizo de Peña Ubiña con más de 2400 m de altitud.
El Parque Natural de Somiedo, en la frontera con León, fue declarado Reserva de la Biosfera en el año 2000 y acoge dentro de sus 29 122 hectáreas el hábitat natural del oso pardo. Las instituciones locales han establecido una serie de miradores que permiten avistar y observar a estos mamíferos de manera respetuosa.